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miércoles, 2 de septiembre de 2015

INDEPENDENCIA CATALANA. MENSAJE A MIS HERMANOS CATALANES.

Digo bien, mis hermanos.

Nacimos bajo una misma bandera, luchamos juntos por enarbolarla.
Hemos sufrido juntos la guerra civil, vuestra  sangre y la nuestra corrió en ambos bandos, y ganó la supresión de un régimen, pero al final venció la unión y la libertad.

La libertad de terminar con bandos, la libertad de vivir en paz, la libertad de expresión, que ahora quieren amordazar.


Mi sangre es verde y blanca, esperanza, Blas Infante, García Lorca, campo, olivos, mar, cañones en Cádiz, Sur de calamidades, pero queda hueco en mis venas y mi corazón para rojo y amarillo.

Porque un hijo nunca renuncia a sus raíces, porque por más andaluza que me sienta, soy española, y me siento orgullosa de serlo.

Española de avances sanitarios, española de caras amigas , de cariño al extranjero, de amor a la naturaleza, de sol, de playas,  de alegrías y de penas, de poemas, de pintores, de cultura, de arte.
Andaluza rica en el alma, aunque pisada y pobre en la generalidad de España.

Andaluces que fueron bien acogidos en tu tierra, cuando estaban desvalidos, cuantos lazos cruzados entre tu bandera y la mía...

Y quieres dejar de ser mi hermano....?

Os están arrastrando a una lucha partidista y convenida, dónde tú, hermano mío, no vas a ganar.

Siempre hay negociación y charla apropiada para evitar que dejes de ser mi hermano.

Eso cuenta la historia, no me lo invento, y por qué renunciar a ella, por más andaluza que me sienta y por más española, no voy a renunciar a tu cariño, que siempre me diste cuando te pedí cobijo.

Por qué no querer a papá y a mamá, por qué os obligan a elegir entre ambos.

No te dejes engañaR, España ni roba ni regala a ninguna comunidad, roban y regalan los gobernantes convenidos, fraudulentos y poco honestos, que usan la bandera para fines propios.

Mi bandera no es la que levanta Pedro, ni Mariano, mi bandera es la que compartimos tú y yo en nuestro corazón,en nuestra historia.

Hermano no dejes que nos echen a pelear, porque tú y yo perdemos y sólo ganan unos pocos que te aseguro que no miran por ti ni por mí.
Sólo miran por ellos.


Ángeles Vela


1 comentario:

  1. Propongo un experimento sociológico: Una tarde cualquiera de otoño, preferiblemente un día de lluvia; encerramos en una cafetería a varias parejas de ciudadanos normales, gentes sencillas de a pie, de distintos orígenes y lugares, como si la cafetería fuese una versión libre del Arca de Noe. En la cafetería entrarían primero una pareja de Ripollet, otra de Barakaldo, dos cachavales de Laguna de Duero, unos recien casados de Culleredo, otra pareja de Setubal, un chico y una chica de Getafe y por ultimo otra pareja de Carmona, por ejemplo... Solo se podría servir café con leche, (la leche buena, y sin embotellar...) Al principio habría muchos recelos, poco a poco empezarían a conversar entre ellos, al principio el "furbol" seria el único tema de unión, pero pasado un buen rato, empezarían a hablar de lo que realmente les preocupa, y los temas de conversación, las alegrias y las tristezas compartidas, serian las mismas sin importar el origen o la lengua de cada cual. ESTOY SEGURO. El experimento concluiría mostrando a alguno de estos imbéciles que van todo el día envueltos en un trapo de color tomate y limón, y se creen que una nación es grande porque lo es su ejercito, o por que once mamarrachos en calzones que siguen a patadas una sandia, han ganado un mundial de eso, de perseguir en calzones una sandia a patadas. A ese individuo se le mostrarían tres fotografías de tres lugares distintos: Una del Desierto de Tabernes, sin plásticos, otra de los Monegros, y una tercera de la Tierra de Campos en agosto, pidiéndole que un minuto dijera lo hermoso y lo grande que hay en esos lugares. Nos sorprenderíamos con las majaderías que diría el amigo. Yo mientras me quedo con el sueño utopico, premonitorio, de aquel hombre pequeño, (de tamaño) que escribía como los ángeles y una vez ganó un premio Nobel...

    Jaunari eskatzen diot
    grazia emateko
    nere lur maite ontan
    ezurrak uzteko
    José Maria Iparraguirre
    Le ruego al Señor
    me conceda la gracia
    de poder dejar mis huesos
    en esta mi tierra amada.

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