PÁJAROS.

ANGELES VELA.

SEMANA SANTA EN SEVILLA.

SEVILLA Y SU SEMANA SANTA EN CUARENTENA....
NO PODIA SER DE OTRA MANERA...

UN ESCALOFRÍO RECORRE MILES DE ALMAS...

La Catedral, se pregunta.. Qué  pasa?
Dónde está mi Gente? Dónde está mi Ciudad?
Que no viene a visitarme, me habré portado mal?
Es que quieren castigarme? Están conmigo enfadá?

La Giralda le responde,
ella que todo lo ve...

No estés triste, hermana mía,
calla, escucha,
no sientes los suspiros, y como las lágrimas corren,
por sus caras aflijidas.

Sube, acompáñame al Giraldillo, y observa.

La Catedral observó,  y un gemido de dolor se le escapó.

Vió llorar la Macarena, el Cachorro mirando al cielo,  suplicaba redención.
La Esperanza, La O,  rezaban por los ancianos, y se les encogía el corazón.

El Gran Poder, La Bofetá,  Buen Fin, Amargura,
rezaban por las cuadrillas, hermanos costaleros,
distanciados, pero unidos, por una misma ilusión,
volver a sentir sus hombros, y de cerca su respiración, 
bajo palitos y misterios,
recorriendo la ciudad de su amor.

Los Gitanos,  Museo, Silencio, echan de meno tu voz.. Capataz.
Esa voz acompasada, dulce, que invade cualquier rincón,
que resuena en cada esquina, ahora callada, silenciosa,
inmensamente añorada, en cada calle, en cada trabajadera,
en el espíritu de cada guardado costal.

La Borriquita, El Amor, respiran profundamente,  y el olor a azahar, las hace soñar.
Soñar con Domingo de Ramos, niños, y temprana devoción.

La Catedral tembló,  ante tal visión...

Los naranjos se estremecieron, ante el temblor,  el azahar calló ,
 su aroma se apagó .....

Y SEVILLA ENTERA LLORÓ.

La Catedral se quedó sin palabras, y sin respiración ...
Cada una de sus puertas, de sus muros,
se invadió de tanto dolor.....

Dolor de las Hermandades,
Dolor de las Cuadrillas,
Dolor de los Capataces,
Dolor de los Hermanos y Nazarenos,
Dolor de los Sevillanos,
Dolor de los aguaores,
Dolor de  Saeta sin destino,
Dolor de Llamador sin levantá,
Dolor de las Calles sin Cera,
Dolor de Pies sin Racheo ,
Dolor de mantillas, Capirotes y estampitas,
aguardando una primavera mejor,
Querubines llorando a mares, en su triste Soledad.



Y LA CATEDRAL SE ARRODILLÓ Y LLORÓ.

ANGELES VELA.