Translate

miércoles, 19 de agosto de 2015

REFLEXIONES SOBRE DIOS:

Hoy por casualidades me encontraba cerca de la Basílica de la Macarena, y tenía tiempo libre y entré a verla.

Y allí me senté frente a su luminosa cara, y comencé a divagar sobre mi vida, y quería rezarle, porque cualquiera como está la vida de complicada necesita un alo de esperanza o de empuje para continuar la lucha.

Pero reconozco que no me salía, no me sentía capaz de pedir respaldo, sin creer en la capacidad de conceder de esa cara que me miraba.

Parto de la base de que soy creyente y practicante desde pequeña por herencia familiar, y siempre me apoyé en El Gran Poder cuando requerí consuelo o ayuda, o cuando tenía algo que agradecer, pero el paso de los años me fue cambiando, y siendo honesta conmigo misma, he de decir, que me gustaría estar convencida de su amparo, pero son mas mis ganas de no dejar de tener ese timón, que mi convencimiento religioso.

Soy una persona en la que la esperanza y la ilusión, son pilares fundamentales en mi vida.
Mi espíritu se hincha fácilmente con cualquier alegría, pero a su vez se se deshincha y apaga fácilmente, ante los contratiempos, y la fe me servía para levantarme y no decaer.

Pero es más algo psicológico y emotivo que coherente y racional.
Por eso aunque reconozco que me gustaría no tener que expresar estas reflexiones, y defender a ultranza la existencia de un Dios,  que aliviaría mi camino y mi alma, no es así.

Este cambio es un proceso largo que ha ido transcurriendo con la visión de la vida misma.

Ya hace tiempo escribí mis primeras inquietudes acerca del tema, y las quiero compartir con vosotros.

REFLEXIONES SOBRE DIOS:
Hoy he encendido una velita al Gran Poder, que es de naturaleza humana, cuando te ves perdida, sin esperanzas, cuando crees que en tus manos no queda nada que puedas hacer, que depositemos ese último resquicio de fe en algo, o en alguien.
Necesitamos que exista un Dios, y que exista un depositario de tantas súplicas y ruegos, pero quien nos da la potestad de llamarlo Dios, Alá, Buda... Porqué la Biblia y no El Corán.
Por qué la nuestra ha de ser la real, y las demás estar poco iluminadas, al fin y al cabo todas las religiones alimentan tantas normas y reglas, mandamientos y exigencias, que se vuelven estáticas en el tiempo.

Todas tienen exigencias que veo en contra de la propia esencia de la vida.

¿Cómo puede una religión negar la comunión de los retrasados?
¿Cómo puede otra, impedir la libertad y el derecho de donar sangre a tus propios hijos?
¿ Cómo puedes negar la evidencia, y no admitir el uso del preservativo, aun siendo una cuestión vital de salud?
¿ Cómo permite otra que tantos fieles se inmolen en su nombre?
¿ Cómo aún se permite en nombre de una religión la lapidación, o la oblación?...
Creo en un Dios que se encuentra en las manos de los voluntarios, en el cariño de aquellos que cuidan de los ancianos, en todos los que hacen de su trabajo una vocación, y arriesgan su vida por los demás, en los que sufren por los animales...

A lo largo de mi caminar mi fe religiosa ha ido en declive, sobre todo en la propia Iglesia, incluso en sus mismas bases, sus mandamientos, y la realización de la obra de Cristo que han hecho a lo largo de la historia.
Una iglesia que se ha quedado obsoleta y antigua, que basó su fe en unos dogmas, que defendió a ultranza, y que ahora están antiguos.
Pero quien puede romper esos cimientos por los que mataron, tantos siglos viendo el mundo a través de los ojos del Vaticano, comenzando por la Inquisición, que en nombre de Dios mataba por herejes a aquellos que no pensaban igual. La misma iglesia que apenas condena los abusos a los que han sometido a muchos menores sus sacerdotes, sus representantes de Dios en la tierra, por defender una castidad de papel, de apariencia.
¿ Por qué no pueden disfrutar de los bienes carnales aquellos que están iluminados? No son principios más importantes la caridad, la generosidad, la humildad. Son menos cristianos los misioneros, casados, tal vez, pero entregando sus vidas por el bien de los demás.

Por qué negar la evidencia, y no aceptar el aborto, si hay criaturas que mejor no hubieran nacido, y el preservativo, si puede salvar vidas, erradicar el sida, y tantas enfermedades, por que no quieren avanzar con la propia humanidad?

Y en esta lucha contra el propio progreso se encuentran las religiones, en el momento precisamente que más necesitamos agarrarnos a la fe, porque el mundo se tambalea.
El capitalismo no es tan idílico, la economía del bienestar ha desaparecido, medio mundo se muere de hambre, otro medio está inserto en guerras y luchas de poder.

Los accidente naturales, todo parece confabulado para que el mundo reaccione, y en este estado de necesidad, la iglesia se encuentra inmersa en una nube de antigüedad, que no la deja ver, ni reaccionar.
Demasiados problemas para un mundo que cada vez es más gris.

La naturaleza se revela, la temperatura se eleva, la tierra tiembla, el aire sopla y nos dice con su actitud que no estamos cuidando el tesoro que tenemos por hogar, y los pobres desorientados no tenemos ni un timón interior al que aferrarnos, hasta ese timón hoy tiembla en nuestro corazón.

Necesitamos las manos de Santa Teresa, el corazón de tantos misioneros, y nos sobran Obispos y anillos.
Nos faltan comedores y escuelas en tantas partes del mundo, y nos sobra Vaticano y lujo.
Cuantos males en nombre de un Dios....


Un día escuché una reflexión que me hizo pensar, Dios es una palabra vacía que cada uno llena con lo quiere y cree.

Y en este punto me encuentro, no quiero dejar de creer, porque mi Dios me ha acompañado en muchas ocasiones, pero esa compañía me la he generado yo en mi espíritu, luego compruebas que Dios no está con aquellos que más lo necesitan, que no va y derrumba el exceso como las escrituras dice que Jesús hizo con el templo.

Todas las religiones buscan un dominio de las almas de los fieles, y a mi no me gusta que nada ni nadie me domine.


Ángeles Vela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario