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miércoles, 5 de agosto de 2015

MIS VIEJITOS:

 COMO YA OS HE COMENTADO, TOCA REINVENTARSE:

Y dentro de ese proceso, me he topado con ellos, luchadores, que ya han vivido una vida, y ahora toca cuidarlos.

Y se vuelven de nuevo niños, cualquier cosa les hiere en el alma, hay que tener una sensibilidad grande para entenderlos, su mente comienza a nublarse, requieren la atención de los suyos, que un día ellos ofrecieron, pero la vida es muy complicada y las familias no pueden dejar sus vidas para darles lo que ellos requieren.

Y la pena es que ellos lo toman de forma muy personal, no cabe entendimiento en sus mentes, solo reclaman atención y cariño.

Y aunque lo reciban, siguen reclamando más....

La soledad es el peor de su castigo, y se cierran en el merecimiento.

Por eso las personas que nos dedicamos a cuidarlos debemos llenar ese sentimiento de soledad que se crea en su alma, debemos explicar la situación de las familias, para que comprendan que no están abandonados, solo cuidados por profesionales, para tranquilidad de sus familias...

Pero es difícil hacer entender esta nueva situación, cuando ellos lo que quieren es tener a sus hijos y nietos cerca.

Me provocan tanta ternura, tan indefensos, ellos que lo fueron todo para los suyos, y ahora se ven inútiles, que merece la pena hacer de tu labor pura ternura, para intentar llenar ese vacío, y que vuelvan a sonreír.

Solo puedo decir que termino adorando a esos nuevos niños, caprichosos, incoherentes, pero así es la vida, crecemos, maduramos, para de nuevo volver a perder la conciencia, y actuar al final de nuestra vida como niños pequeños.

Y podemos no entenderlos,a un niño lo puedes educar para evolucionar, pero en ellos ya no cabe evolución a mejor, solo cabe entender que la vejez es así, y sabéis, al final todos llegaremos a esa edad, y todos tendremos ese sentimiento de insatisfacción, de soledad...

Y todos reclamaremos atención y  cariño de los nuestros, sin entender que no pueden ofrecernos aquello que reclamamos, porque la vida es así.

Es triste que después de haber luchado y sido el centro de tu familia, el final sea apagarse, pero eso es la vejez, y esa es nuestra vida.

Por eso  pongo mi esperanza en los cuidadores que hacen de su trabajo su vocación, y los tratan con tanto cariño, los mecen con sus acciones, los cuidan, los arropan, los miman, y en cierta medida ocupan ese lugar que las familias hoy difícilmente pueden ocupar.

Ángeles Vela.

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