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viernes, 12 de junio de 2015

MI CORAZÓN SE HA ESTREMECIDO CON ESA CARTA.

Hoy mi corazón se ha estremecido, no puedo decir que entiendo a ese padre, porque eso solo lo sabe quien tiene que sufrir esa cruz.
Pero al leer la carta veo claramente esas caras perdidas, descolocadas, no saben por donde empezar, no pueden reaccionar, y todo se viene encima en un segundo, cuando les dicen ese nombre.
Las recuerdo, y es así, y necesitan cerca todas las manos posibles.
Ese cariño entre ellos, los niños, y el equipo médico, se palpa en los pasillos.
No son sólo médicos, son verdaderamente ángeles, pensar que entran en las habitaciones y les pinchan, y les dan medicamentos, pero lo hacen con tanto cariño, con tanta psicología, que los niños no los rechazan y los quieren. Son conscientes de que les están salvando la vida.
Y algo que siempre pensé cuando compartí tiempo con ellos es la imposibilidad de desconectar.
Siempre admiré su labor, porque no llevarte a casa cada día esas caras, lo veía imposible. Y debe ser muy duro.
Por eso comparto que deberían darles la oportunidad de hacer su trabajo sin presión, concentrados, profesionales, pero con sobrecarga de trabajo, menos quirófanos, menos pruebas, no pueden hacer milagros.

Son ángeles de alma, pero no dioses.


Y los niños necesitan ese tiempo de convencerlos, de explicarles, no pueden llegar y pinchar, con los niños NO.


Son niños, que como poco pierden parte de su infancia, rodeados de dolor, y sin embargo son ellos los que mantienen las esperanzas de todos, los que contagian la energía que les falta a veces a las familias.

Los que despiertan una sonrisa con sus cosas de niños, porque no dejan de serlo, aunque maduren a ritmo forzado.

He compartido durante 8 años, momentos de diversión con ellos, y sacar una pequeña sonrisa en esos cuerpos doloridos, es el mejor regalo que me ofrecían cada viernes.


NO A LOS RECORTES EN DIGNIDAD.


No se puede recortar en psicólogos, ni en solución habitacional para las familias, ni  en apoyos económicos a aquellas que lo requieran.

No olvidar que el enfermo depende para todo de sus padres, que de pronto tienen que abandonarlo todo a veces. Trabajo, casa, y demás familia,  a veces hay mas niños, que también son víctimas.

Me avergüenza que un padre tenga que escribir esta carta, solo es reflejo de en lo que están convirtiendo la Sanidad Pública.

Comparto la petición de este padre anónimo, que tiene cientos de caras.
No se puede jugar con la salud de esos críos, con la de nadie, pero ellos son los más indefensos, desprotegidos.
Son niños comenzando a vivir.
Es de tener muy poca humanidad no poner todos los medios necesarios para allanar ese duro camino.
Hagamos la cuesta lo más liviana posible.

LUCHEMOS CONTRA EL CÁNCER.

Tenemos que vencer esa enfermedad que tanto dolor provoca.
Y esos padres tienen que ver se hace todo lo humanamente posible, para se puedan ir a casa con su  hijo, con toda una vida por delante y esperanzas.

INVERSIÓN EN INVESTIGACIÓN.

UN ABRAZO ENORME A TODO EL PERSONAL INVOLUCRADO EN EL  DÍA A DÍA DE ESTOS NIÑOS.

ME CONSTA QUE SON ÁNGELES. UN ABRAZO ENORME A TODOS ESOS PADRES Y TAMBIÉN QUIERO PONER MI RALLITO DE ESPERANZA
.
NO SE DE MEDICINA, NI DE ESTADÍSTICAS, PERO EN MIS 8 AÑOS VI MUCHOS, MUCHÍSIMOS NIÑOS SUPERAR LA PRUEBA

TODO EL CARIÑO DEL MUNDO, Y UNA PRONTA VUELTA A CASA TODOS JUNTOS.

ANIMO VALERIA. TODOS LUCHAMOS A TU LADO.

Ángeles Vela




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