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jueves, 18 de junio de 2015

CADIZ. 3000 AÑOS DE HISTORIA.



Parto diciendo que mi corazón está dividido, amo mi ciudad, Sevilla, a la que considero maravillosa, cariñosa con su turismo, acogedora, coqueta, luminosa...



Pero mi tacita de plata, Cádiz, es todo historia, bohemia, preciosa, luchadora, levante y poniente disputan acariciarla.

Pueblo llano, aguantando la mayor tasa de paro del país, y nadie
les prestaba atención.

Ella que luchó toda la vida por las libertades, revolucionaria, flores y cañones  nos relatan su Historia.

Y no pude dejar de emocionarme cuando la volví a ver en pie, en la toma de poder de su nuevo alcalde, Kichi.

No se como lo hará, el tiempo pone a cada uno en su sitio y quita o da la razón, pero ver esa gente desprotegida y menospreciada todos estos años, con sus manos arriba gritando que se puede, no me pasó indiferente.

Deseo con toda mi alma, que ese rincón de nuestra historia recupere su dignidad pisoteada.

Que Cádiz reluzca plateada como merece y su gente sea respetada.

Y que la vida me siga regalando momentos en sus plazas, en sus playas, con su gente.

Seguir oyendo su voz, que nunca calla, al compás de un tres por cuatro, o en la calle, luchando pòr sus familias desvalidas.

Tengo fe e ilusión en que las nuevas políticas funcionen  en toda España, pero si hay un rincón  que necesita una nueva revolución, esa es mi cuna de sueños.

Y Pablo Iglesias comienza una caravana por los distintos pueblos de España para acompañar a sus miembros, y no podía comenzar por ningún lugar mejor.

Comienza en la ciudad trimilenaria, en la más necesitada, y en la más ilusionada.

Cádiz, siempre que te visito me acaricias.
Me acaricia tu levante, me acaricia tu olor a mar, tus gaviotas, que pasean entre tu gente sin miedo, libres.
Me acaricia tu compás y tu arte.
No hay mejor nana para mis sueños que tus sones de Carnaval
Me acaricia el contacto con tu gente, llana, sincera, cariñosa.
Me acarician tus olas, con mi tabla de surf, que desplazan hacia el cielo.
Me acaricia tu luna plateada, a orillas de Santa María.
Me acaricia tu olor a flores en esa placita de ensueños. Plaza de las flores.
Me acaricia el son de tus olas, cuando duermo cerca del mar.

Sigue acariciandome siempre porque necesito tu cercanía para ser feliz.










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