Amanece el día con explosiones múltiples en el aeropuerto de Bruselas, y una terminal de metro, en la estación de Maelbeek, muy cerca de la sede de la Comunidad Europea.
Todo ello tras una serie de atentados en Turkía...
Están castigando a las dos partes que firmaron el acuerdo para los refugiados, o solo es casualidad...
Vuelve la barbarie a hacerse presente, el caos se ha instalado en la ciudad, el metro ha sido cerrado y está siendo evacuado, por miedo a la posibilidad de nuevas explosiones.
Ya se habla de una decena de muertos y multitud de heridos.
Volvemos a temblar en manos de terroristas que dejan de ser lobos solitarios, y demuestran una coordinación y preparación fuera de lo que solían hacer.
Bruselas no tenía activado su nivel máximo de alerta, lo acaban de activar.
Se habla de una falta de responsabilidad por parte del Gobierno Belga.
Todo está muy reciente iremos viendo las consecuencias de esta nueva barbarie.
Ángeles Vela.
Con la sangre hasta la cintura, algunas veces
ResponderEliminarcon la sangre hasta el borde de la boca,
voy
avanzando
lentamente, con la sangre hasta el borde de los labios
algunas veces,
voy
avanzando sobre este viejo suelo, sobre
la tierra hundida en sangre,
voy
avanzando lentamente, hundiendo los brazos
en sangre,
algunas
veces tragando sangre,
voy sobre Europa
como en la proa de un barco desmantelado
que hace sangre,
voy
mirando, algunas veces,
al cielo
bajo,
que refleja
la luz de la sangre roja derramada,
avanzo
muy
penosamente, hundidos los brazos en espesa
sangre,
es
como una esperma roja represada,
mis pies
pisan sangre de hombres vivos
muertos,
cortados de repente, heridos súbitos,
niños
con el pequeño corazón volcado, voy
sumido en sangre
salida,
algunas veces
sube hasta los ojos y no me deja ver,
no
veo más que sangre,
siempre
sangre,
sobre Europa no hay más que
sangre.
Traigo una rosa en sangre entre las manos
ensangrentadas. Porque es que no hay más
que sangre,
y una horrorosa sed
dando gritos en medio de la sangre,
y una horrorosa sed
dando gritos en medio de la sangre.
Blas de Otero
Veremos las alambradas más altas, y las concertinas más afiladas. Hemos convocado a los cuatro jinetes y roto los cuatro sellos.Ahora solo nos queda invocar al dios de las batallas y besar su cruz, esa cruz infame formada por una bandera y una espada. ¡NO!