Comienzo a no entender nada, si aún está todo por negociar, si mañana deben ponerse de acuerdo, por qué tirar piedras en el camino, no era más fácil hacer un reparto justo y equilibrado de los sillones.
A esto me refería cuando pedía generosidad, a no hacer de esta etapa de la democracia una pelea sucia, pero parece que pedí demasiado.
Hoy me siento triste por la no existencia de un Adolfo Suárez en nuestra política actual, por la no existencia de deseos de una nueva transición.
Compruebo tan poca altura en la política actual, que mi confianza se va apagando día a día, y la tristeza se va apoderando de mi espíritu.
Primero fue la composición de la mesa del Congreso, que no refleja los resultados de las elecciones, y ahora el lugar donde han sentado a cada partido.
De qué ha valido despojar a los grandes partidos de las mayorías, de que nos ha servido alzar la voz de cambio....
Si al final desoyen nuestra voz y actúan de forma partidista y sectaria.
Ángeles Vela.
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