Pero le voy a dar el protagonismo a él, que se juega su puesto cada día.
Su nombre es Jesús Candel, Spiriman en las redes, y Don Jesús para mí.
Ahi va.
Don Jesús, porque recuerdo de pequeña, cuando mi abuela decía a mi madre, lleva a la niña a Don Carlos, que le suena el pechito, añoranzas de una época donde ser médico o maestro era ser DON.
y que quedan tan en el recuerdo....
Médicos que conocían a las familias y sus dolencias, médicos que sufrían con los peores diagnósticos, que perdían el sueño, buscando una solución que no estaba en sus manos, médicos con libertad de recetar aquello más conveniente, y no estar amarrados por farmacéuticas y consejerías.
Aún recuerdo la cara de pena de Don Juan Antonio, cuando tuvo que decirle a mi madre la palabra maldita que acabaría con mi padre, Leucemia .
Aún recuerdo un perchero de su casa, prestado, para sujetar el suero, aún recuerdo campañas en la radio, para pedir donantes, invitadas por el y por su círculo.
Igual ocurre con los profesores.
Dos profesiones de las que depende el futuro de nuestros hijos, y el nuestro, y el de nuestros mayores, pero que han perdido el DON, arrastradas por una política absurda y corrupta.
Yo hoy me quito el sombrero ante estas dos profesiones que están siendo vilipendiadas, y sin embargo siguen poniendo vocación en su empeño.
Angeles Vela.
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